El día de hoy comparto en una exposición los colores del alma de un pueblo y de una nación, un poco de la magia de la grana cochinilla, que comienza con el cuerpo desecado de la cochinilla, y que poco a poco llena de vida cada obra a través del color.
Y es que definitivamente para trascender se debe entregar todo, se debe entregar el alma, observarás como uno de los seres más pequeños se revela mostrando el color del alma, y que el valor no se gana por el tamaño físico, sino por todo lo que somos y llevamos adentro.