La obra de Alejandro, árboles pintados con grana cochinilla, son muestra de su entorno y vívida raíz familiar. La fuerza y emoción que impregna en cada obra está unida a sus sueños que procuran y cultivan transmutaciones alquímicas entre la grana y diversas sustancias para verterse cómplices del color y la luz. La expertiz de Alejandro quien conoce y aplica la técnica milenaria; grana cochinilla le permite difundir y enriquecer dicha técnica entre colegas de su país, jóvenes artistas y niños que incurren en el ámbito de las artes plásticas. Su temática árboles, ha constituido un hilo transparente que une lo que pinta, su esencia y el amor por sus padres, seres queridos que le inculcaron amor al trabajo, a la vida, y el respeto a la naturaleza, particularmente a los árboles.
Alejandro une y forma un símbolo de tres caras, la grana cochinilla, los árboles y su emoción y expresión estética. Buscando forjar un jardín edénico donde asisten árboles que atrapan miradas, desbordan texturas y replican huellas nervaduras en tinturas de la grana cochinilla.